Escritores universales

Ocampo Silvia

Lugar y Fecha de Nacimiento(Defunción):Silvina Ocampo Argentina(1903-1994)
Escritora argentina. Realizó estudios de pintura con Giorgio de Chirico y estuvo vinculada al mundo literario a través de su hermana Victoria Ocampo y su marido Adolfo Bioy Casares. Se inició con un libro de cuentos no reivindicado, Viaje olvidado (1937). Luego cultivó una poesía cercana a las formas del clasicismo: Enumeración de la patria (1942), Espacios métricos (1945), Poemas de amor desesperado (1949) y Los nombres (1953). Volvió a la poesía en 1962 con Lo amargo por dulce y en 1972 con Amarillo celeste. Lo más reconocido de su obra son sus libros de relatos, donde incursiona en la literatura fantástica (fantasmas, monstruos, figuras persecutorias) mezclada con observaciones irónicas y de humor negro sobre las costumbres de la gente común: Autobiografía de Irene (1948), La furia (1959), Las invitadas (1961), Y así sucesivamente (1987) y Cornelia ante el espejo (1988). Colaboró con Bioy Casares en una novela policiaca, Los que aman odian (1946), con Bioy y Borges en antologías de la literatura fantástica y de la poesía argentina, y con Juan Rodolfo Wilcock en el drama Los traidores (1956). ©
---------------------------------------------------------------------------------------------------------
Los retratos apócrifos (fragmento)
" Envejecer también es cruzar un mar de humillaciones cada día; es mirar a la víctima de lejos, con una perspectiva que en lugar de disminuir los detalles los agranda. Envejecer es no poder olvidar lo que se olvida. Envejecer transforma a una víctima en victimario. Siempre pensé que las edades son todas crueles, y que se compensan o tendrían que compensarse las unas con las otras. ¿De qué me sirvió pensar de este modo? Espero una revelación. ¿Por qué será que un árbol embellece envejeciendo? Y un hombre espera redimirse sólo con los despojos de la juventud. Nunca pensé que envejecer fuera el más arduo de los ejercicios, una suerte de acrobacia que es un peligro para el corazón. Todo disfraz repugna al que lo lleva. La vejez es un disfraz con aditamentos inútiles. Si los viejos parecen disfrazados, los niños también. Esas edades carecen de naturalidad. Nadie acepta ser viejo porque nadie sabe serlo, como un árbol o como una piedra preciosa. Soñaba con ser vieja para tener tiempo para muchas cosas. No quería ser joven, porque perdía el tiempo en amar solamente. Ahora pierdo más tiempo que nunca en amar, porque todo lo que hago lo hago doblemente. El tiempo transcurrido nos arrincona; nos parece que lo que quedó atrás tiene más

Argentina(1903-1994)


Ir al menu