Ibarbourou Juana de Lugar y Fecha de Nacimiento(Defunción):JUANA DE IBARBOUROU Uruguay (1892-1979) Poetisa uruguaya, nacida Juana Fernández Morales, que alcanzó una gran popularidad en el ámbito hispanohablante por sus primeras colecciones de poemas. Nació en Melo (Cerro Largo), en 1892, y no en 1895 como ella decía en vida. Sus dos primeras colecciones de poemas, Las lenguas de diamante (1919) y El cántaro fresco (1920), le procuraron una gran popularidad. A partir de entonces publicaría más de 30 libros, la mayoría de los cuales fueron colecciones de poesía, aunque escribió también unas memorias, Chico Carlo (1944), y un libro para niños. Mientras que sus primeras obras estaban marcadas por una exuberante sensualidad, sus últimos libros de poemas, entre los cuales se encontraban Estampas de la Biblia (1935) y Perdida (1950) muestran una mayor madurez y un carácter más reflexivo. Oro y tormenta (1956), por otro lado, muestra la actitud de su autora a la hora de enfrentarse a la vejez y a la enfermedad. Ibarbourou alcanzó su gran éxito a través de sus primeras obras, en las que aparecían sencillos poemas de ritmos contagiosos, que celebraban el amor y la naturaleza. Su amplia popularidad la hizo merecedora del sobrenombre de Juana de América, al que ella contribuyó declarándose -hija de la naturaleza- --------------------------------------------------------------------------------------------------------- Noche de lluvia Llueve... espera, no duermas. Estate atento a lo que dice el viento, y a lo que dice el agua que golpea con sus dedos menudos en los vidrios. Todo mi corazón se vuelve oídos para escuchar a la hechizada hermana que ha dormido en el cielo, que ha visto el sol de cerca, y baja ahora elástica y alegre de la mano del viento, igual que una viajera que torna de un país de maravilla. Cómo estará de alegre el trigo, amante. Con qué avidez se esponjará la hierba, cuántos diamantes colgarán ahora del ramaje profundo de los pinos. Espera, no te duermas. Escuchemos el ritmo de la lluvia. Apoya entre mis senos tu frente taciturna. El dulce milagro ¿Qué es esto? ¡Prodigio! Mis manos florecen. Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen. Mi amante besóme las manos, y en ellas, ¡Oh gracia! brotaron rosas como estrellas. ---Y voy por la senda voceando el encanto y de dicha alterno sonrisa con llanto, y bajo el milagro de mi encantamiento se aroman de rosas las alas del viento. ---Y murmura al verme la gente que pasa: -¿No veis que está loca? Tornadla a su casa. ¡Dice que en las manos le han nacido rosas y las va agitando como mariposas! ---¡Ah, pobre la gente que nunca comprende un milagro de éstos y que sólo entiende, que no nacen rosas más que en los rosales! ¡Y que no hay más trigo que el de los trigales! ---Que requiere líneas y color y forma y que sólo admite realidad por norma. Que cuando uno dice: -voy con la dulzura, de inmediato buscan a la criatura. ---Que me digan loca, que en celda me encierren, que con siete llaves la puerta me cierren, que junto a la puerta pongan un lebrel, carcelero rudo, carcelero fiel. Cantaré lo mismo: -Mis manos florecen. Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen. ¡Y toda mi celda tendrá la fragancia, de un inmenso ramo de rosas de Francia! La hora Tómame ahora que aún es temprano y que llevo dalias nuevas en la mano. Tómame ahora que aún es sombría esta taciturna cabellera mía. Ahora, que tengo la carne olorosa y los ojos limpios y la piel de rosa. Ahora, que calza mi planta ligera la sandalia viva de la primavera. Ahora que en mis labios repica la risa como una campana sacudida aprisa. Después... ¡ah, yo sé que ya nada de eso más tarde tendré! Que entonces inútil será tu deseo como ofrenda puesta sobre un mausoleo. ¡Tómame ahora que aún es temprano y que tengo rica de nardos la mano! Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca y se vuelva mustia la corola fresca. Hoy, y no mañana. Oh, amante, ¿no ves que en la enredadera crecerá ciprés? Uruguay (1892-1979 ) |