Alvarado Lang Carlos Fecha de Nacimiento(Defunción):La Piedad, Mich. (1905) Carlos Alvarado Lang Nació el 14 de enero de 1905 en Piedad Cabadas, Michoacán. En 1920 ingresó a la Escuela Nacional de San Carlos para estudiar grabado con el maestro Emiliano Valadéz, a quien sustituyó en 1929, cuando éste dejó la clase. Al ampliar la escuela el taller de grabado, en 1930, dividiendo la clase en tres especialidades, a él se le asignó la de metal. Excelente maestro, destacó también en la labor administrativa. Ocupó la dirección de la escuela en tres períodos, entre 1942 y 1949, sin abandonar su labor como maestro. Bajo su gestión directiva se editaron varios álbumes de estampa. El mismo ilustró dos libros con grabados en madera de pie, "Fragmentos de Heráclito", en 1939, y "Canto a Cuauhtémoc", en 1950. Para los Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, escribió un estudio sobre "El Grabado a la Manera Negra". En 1949 realizó el tiraje a mano de la carpeta "30 Grabados de Franco L. Gómez". En 1947 fue miembro fundador de la Sociedad Mexicana de Grabadores. Desde 1948 fue miembro también de la Sociedad para el Impulso de las Artes Plásticas. En ese año fundó el Taller de Grabado del Instituto Potosino de Bellas Artes. En 1950 fue nombrado profesor de la clase de grabado en la escuela de La Esmeralda. De febrero de 1955 hasta mayo de 1961 fue director de la escuela, habiéndose retirado por enfermedad. Murió el 3 de septiembre de 1961 en la Ciudad de México. Notable artista y notable docente, después de su muerte ha recibido varios homenajes: 1962, retrospectiva de su obra en la Academia de San Carlos; en 1963, muestra "Grabados del Maestro Carlos Alvarado Lang", en La Esmeralda; 1971, Décimo aniversario de su muerte en el Museo de Arte Moderno; 1981, Exposición "Alvarado Lang y Artistas que Trabajaron en su Taller", Academia de San Carlos; 1988, Exposición "Carlos Alvarado Lang. Baluarte del Grabado Mexicano", en el Museo del Palacio de Bellas Artes. El conocimiento que tuvo el grabador de los grandes maestros europeos de la gráfica, le dejaron una lección que aprendió bien para la realización de su propia obra, una de las más perfeccionistas entre nuestros grabadores. A su vez, como maestro, de él aprendieron consumados profesionales como Federico Cantú, Abelardo Avila y Francisco Moreno Capdevila. |