Cronología del Cine Mexicano

Moreno Pedro

Fecha de Nacimiento(Defunción):Lagos de Moreno, Jal. (1775-1817)

Nombre: Moreno Pedro
Disciplina: Insurgencia
Lugar y Fecha de Nacimiento: Villa de Lagos, Jal. (1775-1817)

Sinópsis Biográfica: Fue hijo de Don Manuel Moreno Verdín y Doña Rosalía González. Sus primeros años los pasó en la Hacienda donde nació y en Villa de Lagos, desde que pudo concurrir a la escuela, en donde hizo progresos que fueron estímulo para que lo enviaran a continuar sus estudios y educación en el Seminario de Guadalajara, donde llegó a ocupar los primeros lugares en las clases de latín, filosofía y derecho, a cuyos estudios fue dedicado y sustentó lúcidos actos públicos en que puso de manifiesto su talento y aplicación.Debido a que tuvo que cuidar la Hacienda paterna no pudo concluir su carrera por lo tanto tuvo que regresar al terruño donde se dedicó al comercio y a la agricultura.Según el decir de uno de sus biógrafos sirvió de centro de conspiración en favor de la Independencia a los patriotas Laguenses que en ellos se juntaban. Ya por ese tiempo había contraído matrimonio con la Srita. Rita Pérez, que llegó más tarde a compartir con su esposo los sufrimientos que le ocasionó su amor a la libertad y llegó también a merecer el título de heroína. Fu en aquella Hacienda donde tomó Don Pedro la resolución de empuñar las armas para defender la libertad, resuelto a no dejarlas de la mano hasta ver a su patria independiente o sucumbir en la contienda. Su primer hecho de armas fue también su primer descalabro. Atacado por el Comandante Don Santiago Galdámez con fuerzas realistas en Piedras Coloradas, cuando aún no contaba Moreno con un centenar siquiera de patriotas, fue derrotada su pequeña columna dispersándose después de sufrir algunas bajas.Ya en junio de 1814 se halló en aptitud de aproximarse a Lagos y en la Hacienda de los Ranchos logró rodear al mismo Galdámez, quien estando a punto de sucumbir, fue oportunamente auxiliado por una fuerza de 300 hombres que mandó al efecto el comandante Don Hermenegildo Revuelta, la que obligó a retirarse a los patriotas.En enero de 1815, fue derrotado en La Sauceda por el comandante Brilanti y perseguido por éste se hizo fuerte en el rancho del Zapote, donde después de un reñido combate logró rechazar al enemigo al que persiguió por un espacio de 2 leguas.Por ese mismo tiempo, Brilanti y Alvarez, clérigo éste último a quien apellidaban El Chicharronero, por su afición a quemar vivos a los heridos insurgentes que caían en su poder, atacaron una partida de patriotas que se hallaban en la Hacienda de Cañada Grande y lograron apoderarse de la finca, capturando Brilanti a una hijita de Moreno, de un año y medio de edad, llamada Guadalupe, a quien su madre Doña Rita por no exponerla a los peligros que a ella rodeaban se había visto precisada a confiársela a su amigo el padre Ignacio Bravo.Grande fue el empeño del Chicharronero, por degollar a la niñita del caudillo insurgente, pero lo fue mayor el del caballeroso Brilanti por defenderla, llevando su nobleza hasta hacerse cargo de la niña, que entregó más tarde a Doña Olaya Torres , esposa de Don José María Moreno, hermano de Don Pedro, para que cuidara de su crianza y educación.Al dolor producido a Moreno por la prisión de su pequeña hija, de quien no tenía noticia alguna, se unió rápidamente a la pérdida de su hijo Luis, joven menor de 15 años, que murió combatiendo heroicamente por la libertad al lado del audaz guerrillero Encarnación Ortiz en la Mesa de los Caballos.Estos rudos golpes no menguaron el brío del caudillo insurgente, sino que acrisolaron su su patriotismo, redobló su actividad en la lucha, siendo el terror de las fuerzas realistas, por lo cual Don José de la Cruz, jefe de las que operaban en la Intendencia de Guadalajara y parte de la de Guanajuato destacó tropas numerosas, por todos rumbos con objeto de copar a Moreno, quien se vio precisado a dejar las llanuras y retirarse a la serranía de Comanja, donde emprendió fortificarse para resistir al enemigo.Moreno tuvo especial cuidado del Cerro del Sombrero y de asegurar sus comunicaciones al norte por la Mesa de las Tablas y al sur por la de Negrete, formando parapetos de adobe para la defensa de las veredas de comunicación. A principios de 1817, el General Cruz ofreció a Moreno indulto completo para él y los suyos, devolverle todas sus propiedades confiscadas y a su hija Guadalupe; pero todo lo pospuso el caudillo a la libertad de su patria y la respuesta que dio a Cruz, lo mismo que a Reynoso y Ordóñez que le hicieron igual ofrecimiento, a podido conservarlas la historia como modelos elocuentes de una espartana heroicidad.A mediados de junio, se puso Mina en comunicación con Moreno y éste lo invitó desde luego a pasar al Fuerte del Sombrero lo cual hizo aquel día 24, siendo él y sus victoriosos soldados recibidos con las mayores demostraciones de júbilo por los defensores del Fuerte, no vacilando Moreno en ponerse a las órdenes del extranjero Paladín. Días después, salió Mina con sus fuerzas, acompañado de Moreno con una parte de las suyas, al encuentro de una fuerte columna realista que se aproximaba a batirlos, al mando de los Coroneles Ordóñez y Castañón. Los insurgentes atacaron el día 28 con tal brío al enemigo, en el rancho del Terrero, a inmediaciones de San Juan de los Lagos después de un largo combate los derrotaron por completo, dando muerte a Ordóñez, Castañón y 339 realistas, tomándoles 220 prisioneros, 500 fusiles, 2 cañones y buena cantidad de vestuario, equipo y municiones. Pocos días después sabedor Mina de que una fuerza enemiga ocupaba la Hacienda del Jaral, propiedad del Marques de este título Don Juan de Moncada, riquísimo criollo que desde el principio de la insurrección se había afiliado a las tropas realistas, en las que figuraba como coronel, dispuso atacarla bruscamente, como lo hizo, en unión de Moreno y sus fuerzas, apoderándose de la finca en pocos momentos y de un rico botín del que fue parte principal la suma de $ 140,000.00 de la propiedad de Moncada, todo lo cual llevó a la fortaleza del Sombrero.Entre tanto, una poderosa división de 3,500 hombres con abundante artillería, a las órdenes del Gral. Pascual de Liñán, se acercaba a poner cerco al fuerte del Sombrero, sobre el cual empezó sus operaciones el 31 de julio, rompiendo sobre él un vivísimo fuego de cañón. El 4 de agosto dieron los realistas un impetuoso asalto a la posición, siendo rechazados con enormes pérdidas.Dada la escasez de víveres y de agua resolvieron los insurgentes retirarse abandonado el punto, después de que todavía rechazaron un formidable asalto dado por los realistas el día 15 de agosto, peleando en la defensa hasta las mujeres insurgentes, resuelta la salida, la emprendieron antes de la media noche del 19 clavando los cañones antes de ella y teniendo que dejar en el fuerte a los heridos que no pudieran caminar, abandonados a su suerte ya que nada podían esperar de la generosidad del sitiador.La pluma se resiste a describir la escenas de sangre que desarrollaron con heridos, mujeres y niños indefensos, al ocupar el fuerte los feroces soldados de Liñán. Escaparon con vida milagrosamente la esposa de Moreno y algunas otras mujeres que fueron ultrajadas por la desenfrenada soldadesca, pero quedaron prisioneras de los realistas. Moreno oculto en una Barranca y enfermo gravemente de disentería e imposibilitado para caminar habría quizá muerto, pero fue descubierto por un vaquero que lo condujo al rancho del Chamuscado, en donde halló hospitalidad y consiguió restablecerse logrando posteriormente incorporarse con Mina a mediados de septiembre en el cerro de San Gregorio.Reducidos a eludir la persecución activísima que les hacían los realistas; anduvieron sin descanso por montes y veredas hasta que rendidos de fatiga llegaron en la tarde el 26 de octubre al rancho del Venadito donde creyéndose seguros se entregaron al descanso después de varios días de continua vigilia. El Coronel Orrantía, que ese mismo día llegaba a Silao, perdida la pista de los fugitivos, recibió denuncia por un tal Tlagoya, del lugar en donde aquellos pernoctaban y poniéndose en marcha con todo sigilo a las 10 de la noche, a la madrugada del 27 llegó a las cercanías del Venadito y lanzó sus dragones sobre el rancho, en donde dormían tranquilamente los caudillos independientes. La sorpresa de éstos fue completa, sin que pudiera evitarla la pequeña escolta que llevaban y que estaba acampada a orillas del rancho. Moreno, a medio vestir, huyó en compañía de su asistente y logró esconderse entre unas peñas; pero aprehendido el asistente al ir por los caballos suyo y de su jefe, fue obligado a descubrir el escondite de éste, quien cercado por los realista, se negó a rendirse y con solo su espada luchó contra ellos hasta caer muerto con el cráneo atravesado por una bala. Sus verdugos le separaron luego la cabeza del tronco y puesta en una lanza la llevaron a Silao como trofeo de su victoria, y después a Lagos donde la pusieron a la expectación pública.
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Villaseñor y Villaseñor Ramiro “ Las calles de Guadalajara “ (Tomo 3 p 131-141)
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