Escritores universales

Alberti Rafael

Lugar y Fecha de Nacimiento(Defunción):Nacido en Puerto de Santa María (Cádiz). Inicialmente se dedicó a la pintura. Se trasladó a Madrid con su familia, consiguió el Premio Nacional de Literatura, en 1925, por el primer libro que publicó, Marinero en tierra. Se trata de una obra de un refinado popularismo donde universaliza el mar, que llega a ser un mito. En 1926 apareció La amante, relato poético de un viaje en automóvil, al que sigue un nuevo libro de poemas, El alba del albañil, al año siguiente. Las tres obras se inscriben dentro de la tradición de los poetas anónimos del Romancero y Garcilaso de la Vega, aunque con una sensibilidad de poeta vanguardista. En 1929 tuvo lugar un cambio importante en su poesía, cuando publicó Cal y canto, influido por Luis de Góngora y el ultraísmo. También de ese mismo año es Sobre los ángeles. Considerada su obra maestra, es una alegoría surrealista en la que los ángeles representan fuerzas dentro del mundo real. Producto de una intensa crisis personal relacionada con lo que el propio poeta califica de "amor imposible" y los "celos más rabiosos", contiene imágenes que suponen altas cumbres poéticas. Sus tonos apocalípticos se prolongaron en Sermones y moradas (1930). La tendencia surrealista, que llevaba a Alberti a introducir asuntos personales en el ámbito de las cuestiones históricas, supuso en él una inclinación hacia el anarquismo, como demuestra su elegía Con los zapatos puestos tengo que morir, de 1930.

Posteriormente se afilió al Partido Comunista español, y publicó hasta 1937 un conjunto de libros que el autor denominó El poeta en la calle, aparecidos conjuntamente en 1938. También de la misma época son sus obras de teatro, entre las que destaca Fermín Galán (1931). Posteriormente, y dentro de la misma línea de carácter surrealista y político, sus obras teatrales más conocidas son El adefesio, de 1944, y de 1956 Noche de guerra en el Museo del Prado. Con su compañera, la también escritora María Teresa León, se vio obligado a exiliarse después de la derrota de la República en la Guerra Civil española. Vivió en Argentina hasta 1962. A partir de ese año residió en Roma, y no regresó a España hasta 1977, siendo elegido diputado por la provincia de Cádiz. Obtuvo el Premio Cervantes en 1983. El poeta recoge su vida durante los años de destierro en La arboleda perdida (1959 y 1987). Entre la poesía no política de Alberti, posterior a 1939, destacan Entre el clavel y la espada, de 1941, y A la pintura, de 1948, un brillante intento de describir un arte en términos de otro. En Retornos de lo vivo lejano, de 1952, y Baladas y canciones del Paraná, libro de poemas publicado el año siguiente, incluye canciones muy cercanas a las de Marinero en tierra que ofrecen un universo nostálgico del que no está ausente la ironía. Algo que vuelve a ocurrir en el primer libro que publicó a su regreso a Europa, Roma, peligro de caminantes, de 1968. Al lado de estos poemarios, están los poemas más estrictamente políticos inspirados por las circunstancias, como las muy conocidas Coplas de Juan Panadero, de 1949, y La primavera de los pueblos, de 1961. También cabe destacar entre la copiosa y desigual producción de Alberti posterior a su regreso a España, el libro de carácter erótico publicado en 1988 Canciones para Altair

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Pamplinas
" De lona y níquel, peces de las nubes,
bajan al mar periódicos y cartas. 
(Los carteros no creen en las sirenas
ni en el vals de las olas, sí en la muerte.
   Y aún hay calvas marchitas a la luna 
y llorosos cabellos en los libros. 
Un polisón de nieve, blanqueando
las sombras, se suicida en los jardines.
   ¿Qué será de mi alma, que hace tiempo
bate el récord continuo de la ausencia?
¿Qué de mi corazón, que ya ni brinca, 
picado ante el azar y el accidente?
   Exploradme los ojos, y, perdidos, 
os herirán las ansias de los náufragos, 
la balumba de nortes ya difuntos, 
el solo bamboleo de los mares. 
   Cascos de chispa y pólvora, jinetes 
sin alma y sin montura entre los trigos;
basílicas de escombros, levantadas
trombas de fuego, sangre, cal, ceniza.
   Pero también, un sol en cada brazo, 
el alba aviadora, pez de oro, 
sobre la frente un número, una letra, 
y en el pico una carta azul, sin sello. 
   Nuncio -la voz, eléctrica, y la cola-
del aceleramiento de los astros,
del confín del amor, del estampido 
de la rosa mecánica del mundo.
   Sabed de mí, que dije por teléfono
mi madrigal dinámico a los hombres:
¿Quién eres tú, de acero, estaño y plomo?
-Un relámpago más, la nueva vida. "

España (1902-1999)


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