Escritores universales

Pizarnik Alejandra

Lugar y Fecha de Nacimiento(Defunción):Alejandra Pizarnik
Vivio entre 1939 y 1972. Nacio y murio en la misma ciudad: Buenos Aires.
Se llamaba Alejandra Pizarnik.

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TU VOZ
Emboscado en mi escritura
cantas en mi poema.
Rehén de tu delve voz
petrificada en mi memoria.
Pájaro asido a si fuga.
Aire tatuado por un ausente.
Reloj que late conmigo
para que nunca despierte.


UN CUENTO MEMORABLE

-Esa de negro que sonrie desde la pequena ventana del tranvia se asemeja a
Mme. Lamort -dijo.
-No es posible, pues en Paris no hay tranvias. Ademas, esa de negro del
tranvia en nada se asemeja a Mme. Lamort. Todo lo contrario: es Mme. Lamort
quien se asemeja a esa de negro. Resumiendo: no solo no hay tranvias en
Paris sino que nunca en mi vida he visto a Mme. Lamort, ni siquiera en
retrato.
-Usted coincide conmigo -dijo-, porque tampoco yo conozco a Mme. Lamort.
-¿Quien es usted? Deberiamos presentarnos.
-Mme. Lamort -dijo-. ¿Y usted?
-Mme. Lamort.
-Su nombre no deja de recordarme algo -dijo.
-Trate de recordar antes de que llegue el tranvia.
-Pero si acaba de decir que no hay tranvias en Paris -dijo.
-No los habia cuando lo dije, pero nunca se sabe que va a pasar.
-Entonces esperemoslo puesto que lo estamos esperando

DONDE CIRCUNDA LO AVIDO
Cuando sí venga mis ojos brillarán
a la luz de quien yo lloro
mas ahora alienta un rumor de fuga
en el corazón de toda cosa

COLD IN HAND BLUES
y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo

(de El Infierno Musical, 1971)


ENDECHAS
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I
EL lenguaje silencioso engrendra fuego. El silencio se propaga, el
silencio es fuego.
Era preciso decir acerca del agua o simplemente apenas nombrarla, de
modo de atraerse la palabra agua para que apague las llamas de
silencio.
Porque no cantó, su sombra canta. Donde una vez sus ojos hechizaron
mi infancia, el silencio al rojo rueda como un sol.
En el corazón de la palabra lo alcanzaron; y yo no puedo narrar el
espacio ausente y azul creado por sus ojos.


II
CON una esponja húmeda de lluvia gris borraron el ramo de lilas dibujado
en su cerebro.
El signo de su estar es la enlutada escritura de los mensajes que se
envía. Ella se prueba en su nuevo lenguaje e indaga el peso muerto en la
balanza de su corazón.

III
Y EL signo de su estar crea el corazón de la noche.
Aprisionada: alguna vez se olvidarán las culpas, se emparentarán los
vivos y los muertos.
Aprisionada: no has sabido prever que su final iría a ser la gruta a
donde iban los malos en los cuentos para niños.
Aprisionada: deja que se cante como se pueda y se quiera. Hasta que
en la merecida noche se cierna la brusca desocultada. A exceso de
sufrimiento exceso de noche y de silencio.

IV
LAS metáforas de asfixia se despojan de sudario, el poema. El terror es
nombrado con el modelo delante, a fin de no equivocarse.

V
Y YO sola con mis voces, y tú, tanto estás del otro lado que te confundo
conmigo.


Alejandra Pizarnik, De "El Infierno musical" (1971), Tomado de "Semblanza"
Colección Tierra Firme, Editorial FCE, México 1992

Niña entre azucenas
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Obscenidad en algunos pequeños instantes del día compartido, no de la noche
que es sólo mía. Alto tan modesto como una mano abrió mi ardiente memoria. Un
gesto tenue al doblar los dedos cuando cerró la mano en forma de azucena. El
execrado color de la azucena subió a mi cerebro con todo el peso fatal de su
triste y delicado perfume. Instada por la visión de esta mano recogida por sí
misma con dedos como cinco falos, hablé de la doble memoria. Evoqué las azucenas
detrás de las cuales una vez me escondí, minúscula salvaje, para comer hormigas
y cazar moscas de colores. El gesto de la mano dio una significación procaz a la
figurita del memorial, la escondida entre azucenas. Comencé a asfixiarme entre
paredes viscosas (y sólo debo escribir desde adentro de estas paredes). Tan
ofensiva apareció la imagen de mi niñez que me hubiera retorcido el cuello como
a un cisne, yo sola a mi sola. (Y luchas por abrir tu expresión, por librarte de
las paredes.)

Alejandra Pizarnik, tomado de la "Obras Completas", Editorial
Corregidor, Buenos Aires, 1990.




Argentina (1939-1972)


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