Por ti aprendí a querer
Lorenzo Barcelata
Con la esperanza de un dulce amor,
se abrió a la vida mi corazón;
y en las cenizas de mis tristezas,
como un ensueño como una flor,
un nuevo canto brotó en mi ser,
y son locura te amé mujer.
Por tu dulce mirar,
mujer ideal, yo soy feliz;
por ti aprendí a querer,
con todo el fuego de mi ser.
Mi alma renació
con la ilusión de un nuevo sol,
que tu imagen le dio
con tu carita de arrebol.
Dulcísima mujer,
tus ojos son una canción;
rosal en floración,
que perfumó mi corazón.
Ven a mis brazos,
que te esperan sólo a ti;
por ti mujer ideal,
sólo por ti, yo soy feliz.